El beso de Judas




Fotografía como espejo con memoria, este titulo se le dio a la fotografía por su capacidad de reflejar la realidad, pero según Fontcuberta, la raíz etimológica de la palabra espejo, nos lleva a parar a Speculum, raíz que da lugar a la palabra especular. Entonces la fotografía no solo cumple la función de reproducir o de transportar la realidad, con ella también se puede especular, reinventar la realidad o como dice Fontcuberta “extraer lo invisible del espejo y revelarlo”.

Pero, ¿para que sirve la fotografía? De una manera simple y concisa, a razón de un Post-it pegado en un monitor o en la puerta de un refrigerador, nos sirve para recordar. Recordamos los bellos momentos, los viajes a las playas, el cumpleaños numero ocho del primogénito de tu mejor amigo, el día que compraste tu primer coche en abonos o cuando te casaste por primera vez, desconfiando de una manera fría y mordaz de nuestra memoria, como siendo un tanto conformistas al saber que un hecho pronto podría olvidarse a menos de que exista un elemento grafico lo impida, aunque hablando de esa manera la fotografía nos da permiso de olvidar ya que ella mas adelante nos obligara recordar.

En ese sentido percibí la presentación de las dos señoritas estudiantes de arte. Ellas, con la proyección de fotos documentan su viaje hasta la ciudad de Tijuana, y nos presentan, a los que no conocemos, lo que a ellas les pareció más significante o recordable del viaje; resultando un poco aburrido para nosotros, los espectadores, acostumbrados a ver ese tipo de paisajes urbanos, tal vez por que ellas, las fotos, nos hacen recordar nuestra cotidianidad.

Las otras dos presentaciones, la de un joven estudiante de arte y la de Robin (el único nombre que recuerdo) amplían un poco, como dice la lectura, el protocolo de lo fotografiable al mostrar no solo las bellas imágenes de tarjeta postal, los sitios turísticos y las caras de los felices paseantes. Sus fotografías, que muestran desde un vomito hasta la foto de una foto, lejos
de ser una inútil acumulación de imágenes, muestran tímidos pasajes de
una comunidad citadina, que si bien no representan la naturaleza de la ciudad, intentan generar la evidencia que nos hace suponer su estancia en ella.

Pero seamos un poco paranoicos y dudemos de las imágenes presentadas, podrían ser imágenes recicladas, si los grandes diarios lo hacen, porque no un par de jóvenes estudiantes, Juárez y Tijuana son dos ciudades norteñas, mas que eso fronterizas, en donde convergen una gran cantidad de migrantes y todo eso genera una gran cantidad de estereotipos gráficos, que bien podrían ser presentadas como imágenes nativas tanto de una ciudad como de la otra. Aunque eso es forzar ridículamente los datos. A lo que quiero llegar es a algo simple, la fotografía como evidencia grafica presentada a terceros, se ve devaluada y reducida a un simple testimonio involuntario gracias a su naturaleza manipulable.

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